Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Hotel “Pins De La Brume” se sitúa a un costado de la carretera de entrada al “Templo del Retiro del Espíritu”, uno de los más grandes y opulentos templos budistas de China, en la ciudad de Hangzhou, que se observa en la distancia hacia las montañas del norte. El edificio original es de estructura de mampostería construido a finales del siglo 20. El cliente esperaba modernizar el lugar y convertirlo en un hotel de negocios contemporáneo, que mantuviese el enfoque tradicional de la cultura China. Nuestro diseño da énfasis a la organización de la secuencia espacial de los edificios, estableciendo el uso de los espacios interiores y exteriores y la relación visual entre ellos, además de una completa renovación de la fachada exterior.
El acceso principal del edificio se trasladó al hastial de la fachada sur frente al patio central. La nueva escalera de emergencias fue envuelta en un muro cortina acristalado con mamparas de madera en su interior para crear la metáfora de un "farol". La planta del segundo nivel del edificio sur proporcionó un largo corredor continuo que unifica la estructura, rodeando el patio interior que generan los volúmenes. El voladizo continuo y profundo simboliza la extensión del espacio interior hacia el exterior. Los huéspedes pueden disfrutar del paisaje natural reflejado en el "espejo de agua" bajo el dosel del corredor. Un acceso independiente para el área de restaurant fue ubicado en el sector norte por la calle Linyin. Se utilizó una estructura triangular de techumbre como conexión entre la carretera y los multidireccionales edificios.
El área de césped y del espejo de agua en el patio central, son los elementos clave en el paisajismo del espacio público, junto con el añoso árbol de alcanfor. Una piscina al aire libre fue dispuesta en un amplio espacio abierto del lado sur. Los huéspedes en la planta baja pueden saltar directamente a la piscina desde sus habitaciones. La renovada azotea puede ser dispuesta como restaurant al aire libre con vista a las cumbres del Norte, o también como terraza para fiestas. La suite presidencial en el piso superior del edificio tiene su propia terraza privada en la azotea rodeada de un muro cortina acristalado.
La fachada del edificio fue seccionada en varios segmentos con sencillez a través de diferentes materiales en su frente. La elevación es dividida por el alero en dos secciones a partir de las funciones interiores. La parte inferior fue rodeada por paredes de cristal transparente, integrando el paisaje, extendiendo el horizonte. La materialidad de los techos suspendidos debajo del alero es de madera maciza en colores cálidos. Para la sección superior se emplearon líneas verticales. Las paredes en piedra de tonos claros, dispuestas de forma vertical y los balcones de cristal de las habitaciones, crean un ritmo entre oscuridad y brillo. La combinación simple, suave y delicada de los materiales proporciona al edificio una cualidad de nobleza, quietud y calma exquisita.